miércoles, 22 de abril de 2009

Fiji Vol.6 "Último día florido"

Al llegar al albergue de Nadi hubo un pequeño contratiempo. Las explicaciones que nos dieron es que la habitación que nos iban a dar estaba ocupada porque los que la ocupaban habían extendido la estancia. Cábalas aparte, nos llevaron a otro albergue, una fonda medianamente aceptable, con la presencia de una sola hipercucaracha bastante educada. Estuvo bien, ya que había gente en la expedición que no había probado las mieles de los más genuinos backpackers.

Aquella noche salimos a cenar al centro, todo estaba bastante apagado y es que Nadi no se corresponde en absoluto a la idea que se pueda tener de ella. Es un punto de paso, para bien o mal, el aeropuerto internacional está en la ciudad asi que es paso obligado antes de comenzar el viaje por las pequeñas islas paradisiacas. El caso es que cenamos en un sitio bastante agradable y una mujer que trabajaba allí nos ofreció, por un módico precio, llevarnos al día siguiente a ver unos jardines botánicos en las afueras. Montados en una furgoneta con ella, el conductor y una niña, que supusimos era su hija, seguimos con el último día en Fiji.
Algunos disparos desde la ventanilla para recoger un paisaje cotidiano en la isla antes de llega a repostar a la gasolinera.

Ya he mencionado que un fijiano medio gana unos dos dólares de Fiji la hora (lo que viene a ser un euro), bien atentos al contador del surtidor...
Al cavo de un rato llegamos al jardín botánico, que resultó estar dedicado en gran parte a las orquídeas, mi flor preferida. Os dejo con algunas muestras para vuestro disfrute (por un módico precio se puede solicitar una copia, tamaño a elegir, enmarcada, para regalo. Ya sabes, decora la cocina de tu madre).
Clásico.
Sugerente.
Contrastes.
Mono o "cute".
Atrevido.
Corazón (nunca falla).
Tras degustar el festín orquídeo nos dimos un paseo por el resto del jardín, lo cierto es que estaba minuciosamente cuidado y el paseo fue de lo más agradable.
Estos árboles me encantaban, me hubiera gustado tener algunos de estos en mi infancia, porque tienen pinta de dar muuucho juego...
El último lugar a visitar fue un templo Hindú que había en la ciudad. Parecía ser de reciente construcción y lo cierto es que era una explosión de color, con miles de detalles. Todas las fotos las tuvimos que tomar desde fuera del templo, de ahi que haya algunos encuadres bastante locos.

El edificio, como podéis ver, deleitaba por la cantidad de detalles y colores con los que estaba adornado. Entre ellos, numerosa simbología religiosa que podemos encontrar el los mercadillos occidentales en carteras, piercings, bolsos, camisetas, etc.




Estuvimos charlando un rato con un sacerdote, que nos habló de lo divino, el origen del conocimiento, de las cosas, que es la religión más antigua del mundo, porque esta religión es la buena, etc. La verdad es que fue interesante, pero bueno, si no creo en un tipo crucificado con taparrabos, se me hace difícil (no mucho más), hacerlo en un notas que tuvo un hijo con cuatro brazos y cabeza de elefante...
Una de las principales actividades de la isla, y su principal fuente de ingresos por exportación, es el azúcar. Por la isla vimos numerosas vías de ferrocarril sospechosamente estrechas. Finalmente descubrimos cual es su función.
Para terminar, antes de dirigirnos al aeropuerto, dimos un último paseo por Nadi y aprovechamos para comprar algunos recuerdos.

Finalmente, nos despedimos de la ciudad y comenzamos el viaje de vuelta a casa, con un buen humor generalizado por la satisfacción del viaje. Si tenéis la suerte de ir alguna vez ya sabéis:

martes, 21 de abril de 2009

Fiji Vol.5 "Vuelta a Nadi"


Esperamos pacientemente a que llegara el ferri que nos llevara a Nadi, donde pasaríamos la última noche antes del regreso. Tocaba despedirse de Vil, el hijo de Dan Vuti y su inseparable amigo, del que creo jamás llegué a aprenderme el nombre. Asi que abrazos, agradecimientos y nos subimos a bordo, junto con Dan Vuti, que también iba a Nadi.


El viaje fue entretenido, más aún teniendo en cuenta que intentamos recuperar, via desgaste por discusión, parte del dinero del billete, ya que el viaje de ida no lo habíamos utilizado. Esta vez no hubo suerte y nos quedamos con lo puesto.
Durante el viaje, las últimas fotos de una gran experiencia, el intento de capturar unas últimas sensaciones de lugar tan remoto.

Esta vez tocó despedirse de Dan Vuti, creo que fue un momento muy emotivo para todos nosotros. Dan Vuti nos había hecho experimentar aquel lugar de la mejor forma posible, y aunque por un escaso periodo de tiempo, pudimos saber cómo es la vida en Fiji, lejos de cómodos resorts y parafernalia. Recogió sus maletas, nos despedimos y se alejó mientras nosotros buscábamos el autobús que nos llevara al albergue.

Una de las mejores cosas del viaje fue el conocerle. Espero que todo te vaya estupendamente, te deseo lo mejor. 

miércoles, 15 de abril de 2009

Fiji Vol.4 "Nick y la pila de litio"


La verdad es que falta un día de contar, del que no tengo fotos, que os contaré en el bonus track para que disfrutéis ese día y algunas fotos del resto de la expedición, pero mientras las organizo seguimos con el viaje.
Tras tres días en Nanuya Lai Lai, tocaba, tristemente despedirse, asi que después de desayunar nos dispusimos a recoger las cosas.
Decidí dar un último paseo por el pueblo, para inmortalizar los recuerdos y despedirme de Nick, un chavalillo que tenía pinta de tener un gran corazón.
No hace falta que diga que todo era muy rudimentario, en el poblado de Dan Vuti, ya he mencionado que no había electricidad. En la foto de abajo se puede ver un caparazón de tortuga, que no sé para lo que serviría.
Y al fin encontré a Nick, que se vino a dar un paseo conmigo y echar unas fotos. Abajo, yo retratado por él...
... y él retratado por mí.
Como parece que se animó con la cámara se la dejé para que se divirtiera sacando unas fotos, aqui os dejo con una selección de las mejores, en su honor.



El caso es que la batería de la cámara se acabó, saqué la de repuesto que se alimenta con pilas y entonces ocurrió algo que creo recordaré siempre de ese viaje, Nick me dijo que si le podía dar una pila. Supuse que sería para algún juguete que tendría o algo así y le expliqué que eran pilas especiales de litio para la cámara y que probablemente no le funcionaran. Él insistió y le dije que se la daría gustoso, pero que no iba a funcionar. Entonces empezó a darme un montón de explicaciones que no entendí insistiendo en que se la diera, que me enseñaría para que era, asi que se la di y salió corriendo a buscar tan preciado objeto para el que necesitaba la pila.
Al poco volvió con dos cables y una especie de motorcillo de radio, que al enchufarlo a la pila, un tornillo daba vueltas. Eso es todo, un tornillo dando vueltas. Y con eso estaba contento, que cada uno piense en las cosas con las que ha crecido...
Me despedí de Nick deseándole lo mejor y continúe el paseo.

¿Apetitoso?
Subí con Juanjo y Ana hasta la cima de la colina que separaba en dos la isla para tomar un poco de perspectiva, el camino lo habíamos andado de noche un par de días antes y quería verlo a la luz del día.
Algunos cultivos en una de las lomas, que seguro hacen gran favor a la dieta isleña.


Cuando regresamos decidí tumbarme a experimentar eso que llaman Fiji Time, la tranquilidad y la relajación, Dan Vuti se acercó, estuvimos charlando un ratillo y me sacó esta instantánea.
Antes de partir, la última foto de todo el grupo con la familia.
Y así finalmente salimos de Seaspray hacia el otro lado de la isla donde cogeríamos el ferri para volver a Nadi, donde pasaríamos la última noche antes de volver a Syndey.

Eso si, una despedida llena de color...