miércoles, 13 de mayo de 2009

Fiji Bonus Post

¡Última entrega, edición especial sabores, pasa la lengua por la foto que quieras saborear!
Aquí os dejo con algunas fotos tomadas por el resto de la expedición, que reflejan algunos detalles,lugares y momentos que no recogí pero que merecen estar para completar esta serie de Fiji.

Primera noche, en Beachcomber.

Surcando el mar mientras Vill intentaba pescar algo para comer.

Esta gran foto creo que es de Juanjo/Ana, volviendo de bucear mientras Dan Vuti nos cantaba.

Ana con Nick, jugando con su pila de litio.

Nick impartiendo clases de fotografía.


Menos mal que yo no presencié este momento...

Detalle del baño y la ducha.


Buceando entre corales, fotos de Delfi.

Foto reivindicativa, como no, a cargo de Mikel.


En la cueva de la isla Sawakau.


Primera noche en Nanuya Lai Lai bebiendo kava, una bebida narcótica (si bebes mucha), procedente de las raíces del árbol de la pimienta.

Desayuno de campeones para coger fuerzas.

La capilla de Nanuya Lai Lai.

Noche de fiesta...

El segundo día, Vill no llevó a ver una isla, llamada Sawakau, que en su interior albergaba una cueva con un lago, donde la luz del sol entraba por una amplia chimenea. Allí nos dimos un baño y comprobamos las excelentes dotes de escalada que Vill tenía. Más tarde, nos llevó a ver un poblado llamado Malakati, en la isla de Nadula, donde pudimos ver como era una comunidad fijiana, alejada de los resorts.
La iglesia de Malakati.

Algunas construcciones más modernas.

La cabaña del jefe del poblado.

Al abandonar el pueblo Vill quería pescar algo para hacer una parada en alguna isla del camino y comer, como con su sedal, desde la barca no conseguimos nada, su colega, a bastante distancia de la isla donde pararíamos, se lanzó al agua. Sus herramientas, un arpón fabricado con una goma elástica atada a un palo y una flecha, gafas y tubo. Cuando se lanzó al agua, yo todavía pensaba que le esperaríamos, porque la distancia a la playa era bastante grande, pero Vill puso en marcha el motor y rumbo a la playa. Cuando le dije si le íbamos a dejar allí, me dijo que sí con una sonrisa como diciendo que era lo más normal del mundo.
Un rato después, llegaba con los ejemplares que veis a continuación.

Apañados con lima y un poco de agua de mar ¡y a comer!



Charlando sobre lo divino...





Últimas fotos que tomé desde la ventanilla del avión, con la cámara de Dani.