Aquí se puede apreciar una vista del lugar desde un punto elevado, se ha formado una pequeña playa a los pies de la cascada que hace que el sitio sea de ensueño aunque no te puedas bañar y eso que el calor y el color del agua invitaban a ello.
Debido a la situación no me fue posible sacar ninguna foto cuyo encuadre recogiera toda la cascada, si os pica la curiosidad hay fotos aéreas increíbles en la red.
Tras saciarnos de la visita de las Twin Falls, nos dirigimos a la segunda cascada, icono del parque, las Jim Jim Falls. Como en el caso de Twin Falls, es mucho más espectacular en la estación de lluvias, echad un vistazo a esta foto. El salto es de 200m a una piscina cerrada por tres lados por unas paredes de vértigo. Siento que las fotos no hagan justicia, pero al no haber agua y el contraste de luz (omitiendo mi evidente ineptitud para la fotografía) se me hizo imposible reflejar la realidad. Debido a la altura de las paredes el agua no ve mucho el sol y esta fría, muy fría. Aún así nos dimos un baño para combatir el calor, eso si, yo no estuve mucho tiempo en el agua.
Para llegar a ellas hay un pequeño paseo de casi un kilómetro sin ninguna dificultad.
El camino hacia Jim Jim Falls con ella al fondo.
La última parada del día nos llevó a Yellow Waters, una visita obligada para ver el atarceder en Kakadu. El espectáculo está garantizado, como podéis ver a continuación todo un espectáculo visual.
Con los reflejos del ocaso aún latentes concluyó nuestra segunda jornada en Kakadu, nos dirigimos a una zona de acampada donde preparamos una opípara cena, donde no faltó el canguro y se unieron a nosotros Christina y Tobias, unos hermanos que habíamos conocido antes en las Jim Jim Falls, que lo estaban pasando bastante jodido por no tener aire acondicionado en la furgo en la que viajaban...
A la mañana siguiente pusimos rumbo a un lugar que se sabía el guía donde podríamos ver pinturas aborígenes y que no solía estar concurrido.
Paisaje estándar conduciendo por el parque.
Kakadu contiene uno de los legados aborígenes más importantes del país. Existen evidencias arqueológicas de su presencia desde hace 20.000 años, pero se cree que se podría extender al doble. Actualmente quedan unos 500 aborígenes viviendo en el parque.
Aproximadamente la mitad del parque es Tierra Aborigen y prácticamente todo el resto ha sido reivindicado por ellos.
La gestión de las áreas del parque que pertenecen a los aborígenes se basa en un acuerdo entre ellos y la Dirección de Parques Naturales de Australia por el que tienen una especie de contrato por el que los aborígenes ceden la gestión de sus tierras a la Dirección (un modelo repetido en otras zonas como Urulu), el cuerpo de gestión del parque se compone de 10 aborígenes y 5 no aborígenes.
Las pinturas tienen varios significados y usos, aparte de las funciones simbólicas y religiosas que cumplen, algunas de ellas tienen funciones educativas, como cuáles son las partes aprovechables de un determinado animal, técnicas de caza, etc. Allí el guía nos explicó que la transmisión de conocimientos es muy lenta entre los aborígenes, tanto los prácticos como los simbólicos y místicos se explican poco a poco para que puedan ser correctamente interiorizados y que no se produzcan deformaciones en las historias, ya que la transmisión es fundamentalmente oral.
Especial atención a las figuras, supuestamente humanas, ¿qué sugieren?
En la foto anterior se pueden apreciar pinturas más recientes, para las técnicas y el tipo de pinturas, los detalles son muy ricos.
Hay una historia curiosa, que no se daría sólo en Kakadu. Durante miles de años los aborígenes han quemado la vegetación seca siguiendo una método milenario. En una zona que pasa largos períodos de sequía y los riesgos de incendios son muy altos, es una forma de estimular la regeneración de las plantas, que atraen wallabies y otras presas para la caza, pero también porque ellos saben que es preferible muchos pequeños incendios controlados que uno grande y descontrolado. Cuando llegaron los extranjeros, prohibieron tal práctica, lo que conllevó incendios descontrolados, finalmente se volvió al método tradicional (imagino que en combinación con técnicas modernas).
A continuación una serie panorámica de 180 en el último lugar al que fuimos antes de poner rumbo de nuevo a Darwin.
Y aquí, la puerta de entrada, de salida en nuestro caso del Kakadu, que puso fin a un viaje inolvidable.
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